LA OZONOTERAPIA EN EL TRATAMIENTO DE LA OSTEOARTROSIS.

Infiltración del ozono en las articulaciones con artrosis

LA OSTEOARTROSIS. 

Incidencia.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha aportado datos estadísticos muy importantes a cerca de la incidencia de las enfermedades reumáticas. En estos datos se señalan, que estas enfermedades motivan la segunda causa más frecuente en consulta de los hospitales, determinando una incidencia de dieciocho por mil en la población adulta, que origina más del 50% de las causas de invalidez total o parcial, provocando en los afectados algún grado de discapacidad desencadenada a lo largo de su evolución, convirtiéndola en la segunda causa de ausentismo laboral a nivel global.

Dentro de ellas “la Osteoartrosis” es la enfermedad reumática más frecuente, estimándose que a partir de los 35 años la mitad de la población ya tiene, al menos, una articulación afectada por la artrosis, que alrededor del 10 % de la población adulta presenta artrosis moderada o grave y hasta el 80% de las personas mayores de 75 años presentan alteraciones de artrósicas en alguna parte de su cuerpo: columna, rodillas, caderas, manos, etc., contribuyendo a demostrar que esta enfermedad representa un grave problema de salud del adulto mayor y que  empeora su estado con la edad.

Estructuras anatómica de las articulaciones sinoviales.

Las articulaciones son las estructuras del cuerpo donde se unen dos o más huesos. Las articulaciones están recubiertas por una cápsula articular, compuesta por un tejido fibroso y elástico cuya parte interna está recubierta por un tejido fino con pocas células denominado membrana sinovial. Esta membrana produce el líquido sinovial  manteniéndose en contacto íntimo  con este. Los segmentos de los huesos que están dentro de esta cápsula articular, están recubiertos por cartílago y se les denomina hueso subcondral.

Las funciones del líquido sinovial sobre el cartílago, son las de lubricar, defender, aportando  oxígeno y nutrientes a la vez que elimina los desechos y dióxido de carbono resultantes del metabolismo normal de los condrocitos en el cartílago  y además tiene una importante función amortiguadora gracias a su elevada viscosidad, protegiendo al cartílago cuando  la articulación está soportando peso.

Las propiedades biomecánicas de este cartílago hialino dependen de la matriz extracelular cuyos principales componentes son:

a) Agua (65% al 80% del peso tisular).

b) Colágenos (10% – 30%).

c) Proteoglicanos (5% – 10%).

El Ozono en el tratamiento de la Artrosis

Las características del cartílago hialino son únicas en comparación al resto de los tejidos que integran el cuerpo humano:

– No posee inervación, ni vasos sanguíneos o linfáticos, ni membrana basal.

– Por lo tanto las células del cartílago (los condrocitos) son nutridas de dos formas:

a) Por difusión desde el hueso subcondral.

b) Y la más importante, a través del intercambio con el líquido sinovial.

¿Qué es la artrosis?

La Osteoartrosis (OA) es un trastorno crónico,  progresivo, descrito como una enfermedad degenerativa producida por el deterioro del cartílago hialino (tejido que hace de amortiguador, protegiendo los extremos de los huesos y que favorece el movimiento de la articulación). Su ocurrencia origina dolor, rigidez, deformidad y discapacidad funcional en las articulaciones.

La artrosis se produce por una erosión (porosidad) del cartílago hialino que provoca a su vez la alteración del cartílago del otro hueso con el que se articula,  por lo que comienza a sufrir el mismo proceso, esta degeneración se produce en dos etapas:

PRIMERO:  Se vuelve frágil y quebradizo, después se adelgaza y por último desaparece y deja el hueso al descubierto, originando el dolor y la limitación articular. En la medida que desaparece el cartílago, el hueso reacciona y crecen por los lados de este, unas puntas o protuberancias óseas (osteofitos), lo que provoca la visible deformación de la articulación.

SEGUNDO: La destrucción del cartílago también implica que las partículas desprendidas induzcan una inflamación sinovial, que provoca dolor, edema (hinchazón) e impotencia funcional. Al afectarse la membrana sinovial, se agrava la destrucción del cartílago y acelera aún más la destrucción de la articulación. Corroborado por los análisis efectuados al líquido sinovial de pacientes con sinovitis y artrosis temprana, donde advirtieron sobre la relación existente entre los elevados niveles de mediadores bioquímicos de la inflamación, con el incremento de  los fenómenos de condrolisis (degradación del cartílago) secundarias a esta.

El uso de la ozonoterapia en el tratamiento de la Artrosis no tiene efectos colaterales

Factores de riesgo.

Las investigaciones realizadas hasta la fecha, indican que existen determinados factores que aumentan el riesgo de padecer esta enfermedad, como son: la obesidad, determinadas ocupaciones y actividades laborales, uso de medicamentos, la herencia, el sexo, la raza, etc. De ellos apuntamos como los más importantes:

La Ozonoterapia es el tratamiento ideal para el tratamiento de la Artrosis

Patogénesis de la Artrosis.

Los conocimientos vigentes sobre la fisiopatología de la artrosis definen a esta enfermedad como  un desequilibrio entre los procesos que producen la degradación de la matriz intercelular del cartílago hialino y los que tratan de repararla.

La degradación de la matriz se debe a la reacción inflamatoria del cartílago y de la membrana sinovial, fundamentalmente por la producción de citocinas, prostaglandinas, óxido nítrico y enzimas que sobrepasan los mecanismos reguladores fisiológicos. Cuando ocurre el aumento de esta degradación  catabólica,  se provoca un intento de reparación de las lesiones iniciales, los cuales son activados  por la acción conjunta de distintos factores de crecimiento.

A pesar de ello, esta reparación concluye con la síntesis de una matriz defectuosa, con acumulación de colágenos fibrilares (tipo 1 y 3) y fibronectina. Conjuntamente  el condrocito sufre una maduración celular que lo transforma en un condrocito hipertrófico y que luego  lo conduce a la apoptosis (o muerte celular). La membrana sinovial sirve de conexión a la inflamación y contribuye a la condrolisis.  Además el hueso subcondral también juega un papel importante en este mecanismo y la evolución final se caracteriza por una condrólisis total.

 Principales síntomas.

  • El dolor es el síntoma principal de la artrosis, que mejora o incluso desaparece con el  reposo y empeora a lo largo del día y con el ejercicio o los movimientos.
  • Rigidez articular de corta duración. En los casos avanzados se puede observar deformidad de las articulaciones e incluso alteración en su alineación.
  • También suelen producirse episodios de edema (hinchazón) en la articulación con  presencia de líquido sinovial dentro de la misma, que se le denomina derrame sinovial articular.
  • En casos evolucionados, se produce atrofia de los músculos adyacentes, que contribuirá aún más a la inestabilidad de la articulación.
  • Las características del líquido sinovial en las articulaciones con artrosis, tiene pocas células y es transparente y viscoso.

Infiltración con ozono en la rodilla con artrosis

Su diagnóstico.

EN EXPLORACIÓN LA FÍSICA.

  • Acentuar el estudio en los pacientes mayores de 40 años que refieran dolor crónico de tipo “mecánico” en las articulaciones más frecuentemente afectadas por esta enfermedad, como son: Las rodillas, las caderas, las manos, región lumbar, cervical, etc.
  • Examinar la presencia de crepitación, dolor al movilizar la articulación y si existe cierto grado de tumefacción y derrame articular.
  • Indagar sobre la ocurrencia de rigidez matutina mayor a los 30 minutos.

DATOS DE LABORATORIO.

  • La artrosis no produce alteraciones en los análisis de sangre. Pero  pueden ser de utilidad para excluir otros procesos reumáticos.

RADIOGRAFÍAS.

  • La toma de radiografías es imprescindible para confirmar el diagnóstico. Siendo los signos radiológicos muy característicos:

— Crecimientos del hueso que sobresalen de la articulación (osteofitos).

— Disminución del espacio articular.

— Aumento de la densidad ósea, la esclerosis del hueso subyacente.

Bases del tratamiento.

La artrosis es una enfermedad crónica y progresiva, pero existen diferentes tipos de tratamiento para aliviar el dolor, la rigidez y para mantener o mejorar la función de la articulación afectada.

El éxito del tratamiento de la artrosis radica en su correcto diagnóstico, descartando  otras posibles causas de dolor o de patologías asociadas a la artrosis.

El tratamiento debe ser individualizado y ajustarse a la articulación afectada. Los objetivos para realizar el correcto tratamiento de la artrosis son:

— Controlar la sintomatología.

— Mantener la función articular.

— Reducir al máximo la progresión de la artrosis.

De acuerdo a estos objetivos, el tratamiento de la artrosis se puede clasificar en dos grandes grupos terapéuticos:

1. Los tratamientos modificadores de los síntomas, que son aquellas opciones terapéuticas (farmacológicas o no) que se instauran para reducir la sintomatología más importante, el dolor del paciente.

2. Los tratamientos modificadores de estructura, que son aquellas opciones terapéuticas capaces de reducir, frenar o revertir la destrucción del cartílago articular.

Hoy se conoce que la etiopatogenia y las manifestaciones clínicas de la artrosis no son iguales en todas las articulaciones. A modo de ejemplo se describe que las características de la artrosis que perjudica a la columna vertebral son diferentes a las de la artrosis que afectan a las articulaciones de las extremidades.

Los tratamientos farmacológicos convencionales empleados hasta la actualidad, han sido dirigidos para uso sintomático (Analgésicos, anti-inflamatorios no esteroideos  y los llamados condro-protectores, a los que se les adjudican numerosos efectos colaterales sobre todo cuando son usados en tiempos prolongados: trastornos digestivos y gastrointestinales). Además, su uso es limitado en pacientes diabéticos, hipertensos, ulcerosos (Gastritis), alérgicos, etc.

Por otro lado dentro de las terapias alternativas se han usado otros tratamiento con el fin de alcanzar la rehabilitación mediante la fisioterapia y la educación postural (ergoterapia). También con la utilización de medios físicos, como son la magnetoterapia, la electroterapia, la eco-terapia,  crioterapia y en la kinesioterapia a través de ejercicio de las articulaciones, con estiramiento para aumentar la extensión de los movimiento, relajación y estiramiento de músculos acortados, etc.

También se ha recurrido a la cirugía como última elección, para la corrección de la alineación de la articulación, llegando hasta el reemplazo óseo de la articulación afectada mediante la utilización de implantes bio-tolerados.

Los estudios realizados sobre la etiopatogenia de la artrosis,  ha posibilitado que se investiguen la aplicación de otros tratamientos no convencionales.

Tal es el caso de los avances en las aplicaciones terapéuticas con uso de Ozono para fines médicos, conocido mundialmente como Ozonoterapia.

Para tratar esta patología la Ozonoterapia puede ser realizada por diferentes formas o técnicas de aplicación. También ha quedado establecido en los protocolos de la misma, que pueden realizarse combinaciones acordes a  la evolución de la enfermedad y las características del paciente tratar.

Infiltración del ozono en el tratamiento articular.

Sin embargo,  el tratamiento de elección en estos casos consiste en la infiltración del Ozono directamente en la articulación afectada,  especialmente en la rodilla, la columna y en el hombro, donde se han visto los mejores resultados. Aplicándolo mediante dos sesiones semanales durante aproximadamente diez semanas y luego un mantenimiento cada 30 ò 40 días.

En esta técnica, el Ozono interactúa directamente con el líquido sinovial de la articulación lesionada, lo que permite intensificar su acción terapéutica, incrementando la oxigenación del mismo y regenerando sus cualidades. Además teniendo en cuenta que el cartílago tiene capacidad propia de repararse por sí mismo, en este caso el Ozono potenciaría esa acción de una forma más eficiente.

Por tal motivo, cuando nos referimos al tratamiento de elección en un proceso degenerativo,  la Ozonoterapia será considerada el tratamiento ideal, ya que puede rehabilitar el problema de forma radical y definitiva.

Todos estos efectos terapéuticos han sido avalados por las experiencias registradas en este campo y  mediante la realización de ensayos clínicos efectuados en distintos países donde se practican estas técnicas. Concluyendo que, por sus efectos biológicos beneficiosos sobre el organismo humano,  la aplicación médica del Ozono en las articulaciones  dañadas por la Osteoartrosis,  ha sido  un tratamiento alternativo muy eficaz por:

  1. Incrementar la capacidad de la sangre para absorber y transportar mayor cantidad de Oxígeno, permitiendo una mejor oxigenación de la articulación afectada.
  2. Normalizar su acción inmuno-reguladora.
  3. Estimular el sistema retículo-endotelial.
  4. Inducir de la regeneración tisular.
  5. Facilitar el proceso oxidativo, desencadenando la actividad bactericida, virisida y fungicida.
  6. Regular los niveles del Óxido nítrico presente en el líquido sinovial,  implicado en la modulación de la apoptosis o muerte celular.
  7. Provocar un efecto anti-inflamatorio, pudiendo inhibir las citocinas pro-inflamatorias, que a su vez producen incremento del óxido nítrico.
  8. Influir  en el metabolismo del ácido araquidónico.  
  9. Originar un efecto analgésico, disminuyendo el dolor de la articulación ya que  interfiere en la liberación de los péptidos nociceptivos, mediadores de la sensación dolorosa.
  10. Supresión de la rigidez que ocasiona la artrosis, en el círculo dolor- contractura.
  11. Favorecer que el cansancio corporal desaparezca.
  12. Incentivar la circulación del sistema linfático, ayudando a eliminar sustancias o detritus articulares, además neutralizando los productos tóxicos.
  13. Su carácter hidrofílico,  promueve la reducción del edema local, es decir arrastra,  se lleva consigo el exceso de agua acumulada en la zona afectada.
  14. Beneficiar la micro circulación, mejorando la revascularización local del área afectada.
  15. Producir cambios reo-lógicos en los glóbulos rojos, estimulando la circulación sanguínea sobre las terminaciones nerviosas e interrumpiendo los mecanismos de isquemia e intoxicación ácida.
  16. Mejorar la función y amplitud articular en más de 50%.
  17. Contribuir a la mejoría clínica en general, al disminuir el estado inflamatorio osteo-articular.
  18. Permitir la reducción o eliminación del consumo de medicamentos de tipo analgésicos y de los anti-inflamatorios no esteroideos (AINE).
  19. Disminuir los síntomas que origina la artrosis y ponerle freno a la progresión evolutiva de la enfermedad.
  20. Mejorar la calidad de vida, permitiendo a los pacientes realizar sus actividades diarias y sociales.
  21. Proporcionar la reincorporación laboral  o permitir la capacidad para realizar actividades domésticas.