EL OZONO EN EL AMBIENTE

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El aire y los locales climatizados de tránsito público son lugares especialmente expuestos a focos de infección de transmisión respiratoria, por lo que se han de tomar todas las medidas y cuidados necesarios  para evitar la propagación de estas infecciones y  más aún desde la aparición de los  Virus H1N1 o Gripe A,  la Legionelosis, etc.

Estos microorganismos se asientan muchas veces sobre todo tipo de superficies, en todo tipo de fluidos, o bien flotan en el aire asociado a pequeñas motas de polvo, minúsculas gotas de agua en suspensión, especialmente en sitios cerrados donde haya gran número de personas, y donde el aire se renueva muy lentamente.  Sensibles a los cambios de temperatura,  pero cuando son algo elevadas proliferan y con una gran capacidad o  virulencia, son capaces de desarrollar todo tipo de enfermedades contagiosas.

El control de estos microorganismos  patógenos, ha sido una gran preocupación constante del hombre  desde el mismo  momento en que los fue descubriendo. Por ello hoy existen cientos de métodos y de sustancias químicas que han sido elaboradas y utilizadas con el fin de intentar disminuir la cantidad de estos patógenos. Métodos que han proporcionado resultados en mayor o menor medida positivos, llegando a describirse diferentes términos que califican estos ambientes tratados, como son: desinfección, higienización, asepsia, antisepsia.

EL OZONO.

El ozono (O3) se produce de forma natural en las capas altas de la atmósfera (estratosfera u ozonósfera) a partir de la disociación de moléculas de oxígeno por acción de la radiación solar. Esta capa que rodea a la tierra actúa como barrera frente a la radiación solar, disminuyendo los rayos ultravioletas que llegan a la superficie terrestre, pero también como un filtro que evita la penetración de partículas del polvo cósmico.

El ozono es una forma alotrópica del oxígeno y una molécula de Ozono  está compuesta por tres átomos de oxígeno, es un gas incoloro de olor penetrante y muy oxidante, capaz de reaccionar con todo tipo de sustancias, ya sean tejidos vivos o materiales inertes.

Además, a nivel de la troposfera (capa baja de la atmósfera) también se puede originar el llamado “Ozono malo”, que puede ser originado como (contaminante secundario) originado en reacciones en presencia de otros contaminantes como los óxidos de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles (COVs) derivados de la combustión de los carburantes de los vehículos etc.  que en presencia de luz solar reaccionan (producción fotoquímica local).

Pero cuando el Ozono es conseguido por disociación de la molécula de oxígeno, su  empleo es la forma más ideal para la desinfección de locales, siendo el mejor antiséptico natural conocido para eliminar a los agentes patógenos que pueden ocasionar estas  infecciones. Siendo muy superior su acción en comparación a la utilización de otros productos químicos que al reaccionar con los elementos del medio ambiente originan residuos y/o subproductos no deseados, que se pueden comportar como una sustancia dañina o alérgica hacia el organismo humano.

ACCIÓN ANTI-MICROBIANA DEL OZONO

Una de las propiedades más importante del  ozono y por la que más beneficios se le  atribuyen es su capacidad anti-microbiana.

El ozono, debido a sus propiedades oxidantes, puede ser considerado como uno de los agentes microbicidas más rápido y eficaz que se conoce. Su acción posee un amplio espectro, sin selectividad, que engloba la eliminación de las  bacterias, virus, hongos y esporas, además por  permitir una oxigenación extra tras su descomposición molecular.

Por lo que el ozono introducido en un ambiente cualquiera realiza tres acciones fundamentales:

  • MICROBICIDA,
  • DESODORANTE,
  • OXIGENANTE.

 ACCIÓN MICROBICIDA:

1.- El efecto Bactericida (agente capaz de matar a las bacterias) es bien conocido desde principios de siglo, donde se empezó a usar para el tratamiento de agua y actualmente para tratar ambientes e incluso directamente sobre el organismo humano (Ozonoterapia), que no es más que uso del ozono con fines médicos.

Una de las ventajas más importantes del ozono, en comparación con otros agentes bactericidas es que este efecto se pone de manifiesto a:

  • Bajas concentraciones de (0,01 p.p.m. o menos) y durante periodos de exposición muy cortos.

2.-  El efecto Viricida: (agente capaz de matar a los virus). Este efecto es el más importante en la lucha contra los contagios de enfermedades de origen vírico.

  • Los virus son pequeñas partículas que no son capaces de vivir ni de reproducirse si no es parasitando células a las que ocasiona su destrucción.
  • Los virus siempre son nocivos y provocan enfermedades tan comunes como la gripe, el catarro, el sarampión, la viruela, la varicela, la Rubéola, la poliomielitis, SIDA (VIH), hepatitis, etc.

Su efecto viricida es observable a concentraciones de ozono inferiores a la de acción bactericida. Esto es debido a que la complejidad de la envoltura vírica es inferior a la de la pared bacteriana. El ozono actúa sobre ellas oxidando las proteínas de su envoltura y modificando su estructura tridimensional, al ocurrir esto, el virus no puede unirse a ninguna célula huésped por no reconocer su punto de anclaje, y al encontrarse el virus desprotegido y sin poder reproducirse, muere.

3.- El efecto Fungicida: (agente capaz de matar los hongos). Existen ciertos tipos de hongos que tienen capacidad de provocar enfermedades al ser humano. Otros muchos son capaces de ocasionar alteraciones en nuestros alimentos, haciéndolos inaceptables para su consumo, como es el caso, entre otros, de los mohos.

  • Debido a esto, resulta muy útil  controlar y eliminar estas formas patógenas, cuyas esporas pululan por todo tipo de ambientes, el ozono nos ofrece la posibilidad de eliminarlas mediante su acción oxidante que provoca un daño celular irreversible.

4.- El efecto esporicida: (agente capaz de eliminar las esporas). Existen algunos hongos y bacterias que cuando las condiciones del medio son adversas para su desarrollo, fabrican una gruesa capa o envoltura alrededor de ellas, y paralizan su actividad metabólica, permaneciendo en estado de latencia. Cuando las condiciones para la supervivencia vuelven a ser favorables, vuelven a su forma normal y su metabolismo recupera su actividad.

Estas formas de resistencia se conocen como esporas y son típicas de bacterias tan patógenas como las que provocan el tétanos, la gangrena gaseosa, el Botulismo y el Ántrax.

Este tipo de mecanismo de resistencia hace muy difícil combatirlas  y los tratamientos tan poderosos como las altas temperaturas y multitud de anti-microbianos, se vuelven ineficaces.

  • El ozono a concentraciones ligeramente superiores a las usadas para el resto de las bacterias, es capaz de acabar con la resistencia de las esporas.

ACCIÓN DESODORANTE DEL OZONO:

La causa de los malos olores en sitios cerrados, de gran afluencia de público,  suele ser la materia orgánica en suspensión, y la acción de los distintos microorganismos sobre ella, tal es el caso del típico olor a personas, humedad, tabaco, comidas, etc…

El ozono posee la propiedad de destruir los malos olores atacando directamente sobre la causa que los provoca, y sin añadir ningún otro olor. Pero para lograr esto último resulta extremadamente necesario no exceder la concentración de ozono requerida para un determinado local, ya que si ésta se encuentra muy elevada, quedaría un residual de este gas presente en el aire y se percibiría un cierto olor al mismo.

 Por un lado el ozono oxida la materia orgánica además de acometer por ozonólisis, y por otro lado ataca a los microbios que se alimentan de ella. Existe una amplia gama de olores los cuales pueden ser atacados por el ozono. Todo depende de la naturaleza de la sustancia causante del olor. Según dicha naturaleza se podrá establecer su vulnerabilidad hacia la acción del ozono, y las concentraciones requeridas para su eliminación.

Esta propiedad del ozono es de uso común en todo tipo de locales de uso público y en el tratamiento de ciertos olores de origen industrial. El resultado de una correcta ozonización es que en los sitios donde existan malos olores, no huele a nada.

 ACCIÓN OXIGENANTE

En las grandes ciudades, donde existen gran cantidad de locales cerrados y poco ventilados, es con mucha frecuencia apreciable el enrarecimiento del aire como consecuencia de una carencia de oxígeno, la cual habitualmente identificamos como aire viciado.

El ozono es un gas inestable y las moléculas de ozono que no reaccionan con los elementos dispersos en el medio a la temperatura del ambiente, se descomponen otorgando un extra de oxigenación al sitio,  contribuyendo a mejorar la eficiencia de las células de los organismos superiores en cuanto al aprovechamiento del oxígeno disponible y mediante la estimulación de varias enzimas que intervienen en estos procesos.

La exposición al Ozono, está recogida y reglada por diversos organismos y documentos que establecen la no exposición directa al ozono en concentraciones superiores a 120ug/m3 (0,06 PPM) durante 8 horas consecutivas. Ante esta reglamentación, el fabricante de los equipos equipa sus productos con generadores y dispositivos de control de programación que nos permite adherirnos a esta normativa y contribuir a la correcta utilización de esta tecnología tan innovadora y eficiente, de una forma segura y sencilla.

MECANISMO PARA LA OZONIZACIÓN AMBIENTAL

El procedimiento consiste en la colocación de generadores de ozono  en el ambiente interior de los locales.  Estos son equipos que generan una descarga de potencial entre placas metálicas o con existencia de radiaciones ultravioleta. Esta forma de obtención del ozono  ocurre también en las máquinas fotocopiadoras, impresoras láser, equipos electrostáticos para purificación del aire, motores eléctricos y equipos con radiación UV, como los utilizados en desinfección.

También son fabricados generadores  completamente automatizados que trasmitan la cantidad de Ozono necesaria a los  conductos de climatización llegando a todas esas estancias donde esté presente el sistema de climatización, como pueden ser pasillos, salas de estancia,   salas de juegos, almacenes, aseos, etc.

Una vez esparcido el Ozono, éste se pone en contacto con los agentes productores de estas infecciones, ambientes enrarecidos y/u olores, de manera que se adhieren a estas partículas oxidándolas y consecuentemente destruyéndolas. El Ozono se fija a los microorganismos  concretamente al ADN / ARN oxidándolo y por consiguiente evitando su multiplicación celular y con ello la reproducción, ocasionando su destrucción.

Una vez cumplida su acción, el ambiente se torna refrescante, libre de olores no deseados, purificando y beneficiando el lugar de trabajo, estudio, etc , junto con las ventajas que generan para los usuarios y siempre bajo la premisa de utilizar un producto ecológicamente aceptado.

El uso de generadores de ozono como desinfectante y desodorizante en locales cerrados para el control de microorganismos, olores, etc., debe realizarse siempre por personal entrenado para esta actividad  y bajo condiciones de estricto control, sin presencia de personas en el área tratada y renovando el aire interior después de su aplicación.

Por gran efectividad su uso se ha extendido en los últimos años en guarderías, donde conviene resaltar que en estos colectivos, la exposición continuada al O3 pudiera disminuir la capacidad de defensa inmunológica propia del organismo, por lo que se debe insistir en su uso correcto, usarlo siempre sin la  presencia de usuarios y en las horas de inactividad de estos centros, de acuerdo a las recomendaciones establecidas por organismos reconocidos internacionalmente como la OMS.

 

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EFECTOS DAÑINOS SOBRE LA SALUD

  • EFECTOS INMEDIATOS:

Por su efecto oxidante: irritación del tracto respiratorio y de los ojos, tos, dificultades respiratorias, etc.

  • A MEDIANO PLAZO:

Se  puede producir disminución general del rendimiento físico, así como síntomas de malestar general tales como, dolor de cabeza, cansancio, pesadez, etc.

  • A LARGO PLAZO:

Puede producir  alteraciones en la función pulmonar (neumonitis y neumonía).

En general, los efectos de la exposición al ozono se acentúan cuanto mayor es su  concentración, la duración de la exposición y los niveles de actividad durante la misma, si bien no se conoce la forma de la relación dosis-respuesta. La gravedad de la respuesta depende estrechamente de la sensibilidad del sistema respiratorio y, a menudo, del estado de salud de la persona expuesta.