4 DE FEBRERO: DÍA MUNDIAL CONTRA EL CÁNCER Y SUS COMPLICACIONES.

RELACIÓN DEL CÁNCER Y LA ENFERMEDAD TROMBOEMBÓLICA

INTRODUCCIÓN.

El 4 de febrero se celebra cada año “Día Mundial contra el Cáncer.” Pero muy poco se habla de una de las complicaciones más relevantes de esta enfermedad tumoral, “La trombosis” y de cuál es el impacto del cáncer en la influencia de los trastornos embólicos o de cuáles pudieran ser los tratamientos o terapias alternativas para prevenirlos.

Las literaturas revisadas indican que la enfermedad trombótica venosa es la segunda causa de muerte prevenible en los pacientes con cáncer y a la par con el tromboembolismo pulmonar son las complicaciones que, con más frecuencias, se han reportado en los pacientes que se les ha diagnosticado de cáncer. Dado que uno de cada cinco casos de trombosis venosa profunda o de embolia pulmonar acontecen con facilidad en las fases más avanzadas de los pacientes que sufren algún tipo de neoplasia activa, aunque en ocasiones es el primer síntoma de un tumor no diagnosticado.

FACTORES DE RIESGOS.

El riesgo de sufrir una enfermedad trombótica venosa no es igual en todos los pacientes con cáncer. Los factores más frecuentes son:

  • La edad,
  • La obesidad,
  • El sedentarismo,
  • Historia previa de enfermedad trombótica,
  • El tipo de neoplasia,
  • Localización del tumor,
  • El tratamiento seleccionado para tratar el cáncer (quimioterapia)

En cuanto a la edad, que es un factor de riesgo para la enfermedad tumoral, los pacientes jóvenes también pueden ser afectados de trombosis, ya que uno de cada 10 pacientes con cáncer que fallece por una embolia pulmonar tiene menos de 50 años.

Con relación al tipo de neoplasia, los tumores de cerebro, los de páncreas, de estómago y pulmón son los que con mayor incidencia presenta la enfermedad trombótica venosa.

PREVENCIÓN.

En la actualidad podemos prevenir la ocurrencia de estos sucesos trombóticos y evitar así complicaciones en los pacientes que sufren de cáncer.

Fármacos:

Se debe iniciar el tratamiento con anticoagulantes inmediatamente después del diagnóstico de un tumor. Además, se debe aplicar este tratamiento cuando ya ha ocurrido la trombosis a fin de evitar recidivas.  El tipo de tratamiento dependerá del tipo de cáncer, en el estadio en que se encuentra, el tratamiento que está recibiendo el paciente y es muy importante sopesar el riesgo que tiene el tumor de originar una trombosis frente a la ocurrencia de producirse una hemorragia por estar tratados estos pacientes con fármacos anticoagulantes.

Entre los empleados se prescriben dos tipos:

  1. Las heparinas subcutáneas.
  2. Los anticoagulantes orales directos. Este último tienen mejor eficacia en estos pacientes para evitar recurrencias de eventos tromboembólicos y al mismo tiempo menor riesgo de hemorragias.

Medidas no farmacológicas.

Para prevenir la trombosis en los pacientes con cáncer también es necesario seguir un estilo de vida que reduzca las posibilidades de la enfermedad trombótica, como son:

  • La actividad física.
  • No fumar,
  • Estar alerta ante cualquier síntoma, dentro de estos se encuentran, la inflamación, dolor en la zona afectada, enrojecimiento y calor de esa área.  

Empleo de la Ozonoterapia en la prevención de la enfermedad trombótica.

Actualmente, la ozonoterapia se emplea en las especialidades de Angiología, de Oncología y de Cirugía vascular, debido a sus efectos beneficiosos en el aumento de la oxigenación sanguínea y de la producción, a nivel de glóbulos rojos de 2-3 difosfoglicerato, responsable de una mayor liberación de oxígeno en los tejidos.

También la ozonoterapia modula el sistema Redox con mejora de la reología de la sangre y el flujo sanguíneo, por acción vasoreguladora sobre el endotelio vascular causada por el incremento en la liberación de NO, nitrosotioles y autacoides que genera el ozono. Además, incrementa la flexibilidad de los glóbulos rojos, disminuyendo la agregación plaquetaria y favorece estimular el sistema reticuloendotelial, disminución del estrés oxidativo y la inflamación, activando el sistema antioxidante endógeno a nivel celular que mejora la circulación a través de los vasos sanguíneos.

Todos estos efectos beneficiosos de la ozonoterapia previenen (la disfunción endotelial) la presencia de un fenotipo endotelial alterado, caracterizado por una biodisponibilidad reducida de NO y estrés oxidativo aumentado, con expresión aumentada de factores protrombóticos y proinflamatorios y una vasorreactividad.

CONCLUSIONES.

La enfermedad tromboembólica venosa constituye una grave complicación en los pacientes con cáncer. La asociación de la enfermedad tromboembólica venosa con el cáncer es frecuente y constituye por sí misma una urgencia.

El tratamiento en el paciente oncológico es similar al del paciente no oncológico, pero se deben de tener en cuenta las complicaciones derivadas del tratamiento anticoagulante, como es la hemorragia, ya que puede empeorar el pronóstico del enfermo con cáncer. Debido a todo ello, los esfuerzos deben de ir dirigidos a hacer una buena profilaxis antitrombótica y acrecentar el empleo de terapias integrativas que eviten la disfunción endotelial, estos eventos trombóticos y sin riesgos de hemorragias por la acción anticoagulante de los fármacos.